domingo, 11 de enero de 2015

Cinco cracks de la ciencia en 2014.

1. Suzanne Topalian: el sistema inmune contra el cáncer
Hace más de un siglo ya se observó que, azuzado de manera adecuada, nuestro sistema inmune podía ser un aliado esencial para combatir al cáncer. Sin embargo, los tratamientos que intentaban emplear esa estrategia no acabaron de prosperar. En julio de este año, se aprobó en Japón una de estas terapias para combatir el melanoma avanzado. El nivolumab, producido por la farmacéutica Bristol-Myers, forma parte de una familia de compuestos que permiten a los linfocitos T atacar a los tumores.
Suzanne Topalian, ahora en la Universidad Johns Hopkins, lleva desde mediados de los ochenta trabajando en la aplicación de la inmunoterapia contra el cáncer. En 2006, comenzó a colaborar con los primeros ensayos para poner a prueba el nivolumab y seis años después participó en la publicación de los resultados que mostraban la eficacia de la molécula para tratar el melanoma y el cáncer de pulmón. El trabajo de Topalian ha sido clave para abrir una nueva vía para combatir los tumores.
2. Sheik Humarr Kahn: el héroe (más visible) del ébola
El 28 de agosto de este año, un grupo de 50 investigadores de cuatro países publicó el resultado de la secuenciación de 99 genomas del virus del ébola. Así se logró encontrar más de 300 cambios genéticos que diferencian a esta variante de otras aparecidas durante las últimas décadas. Estas mutaciones que alteran las secuencias de proteínas del virus y cambian su comportamiento o la manera en que daña a sus víctimas, pueden convertirse en dianas sobre las que disparar fármacos, una herramienta para diagnosticar mejor o una base sobre la que crear una vacuna.
De aquellos 50 investigadores que habían tomado las muestras del patógeno, cinco habían muerto. Uno de ellos era Sheik Humarr Kahn, director del Hospital Gubernamental en Kenema (Sierra Leona). Este médico había rechazado ofertas para abandonar el país por su deseo de quedarse para poder tratar a los enfermos. Expertos como él han estado entre las principales víctimas y, además de la pérdida humana, serán necesarios años para recuperar el talento y el conocimiento perdidos.
3. Maryam Mirzakhani: las matemáticas son cosa de chicas
La primera Medalla Fields se entregó en 1936 y a partir de la segunda edición, en 1950, se ha seguido entregando cada cuatro años. Este galardón, el más prestigioso que puede recibir un matemático, nunca había sido entregado a una mujer. Hasta este año. Maryam Mirzakhani, una matemática nacida en Irán que ha desarrollado su carrera en EEUU, ha sido premiada por un trabajo que toca campos dispares como la topología, la geometría y los sistemas dinámicos.
Mirzakhani ha comentado a Nature que durante su carrera no ha encontrado una discriminación evidente contra las mujeres, pero afirma que existen fuerzas culturales sutiles que pueden minar su confianza. Entre estos obstáculos, menciona la escasez de investigadoras -en las universidades de EEUU, solo son un 30% de los estudiantes de doctorado- o la percepción entre las chicas de que las matemáticas “no son guays”.
4. Andrea Accomazzo: aterrizar sobre un cometa
Andrea Accomazzo es el director del que quizá ha podido ser el momento científico más épico de este año. Después de un viaje de 6.400 millones de kilómetros desde la Tierra, en agosto, la sonda Rosetta se encontró con el cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko. Una vez colocado en su órbita, a medio millón de kilómetros, en algún lugar entre Marte y Júpiter, el equipo de la Agencia Espacial Europea (ESA) dirigido por Accomazzo logró hacer aterrizar sobre el cometa una pequeña sonda bautizada como Philae. Era la primera vez que se obtenía información directamente en la superficie de un cometa.

Accomazzo, que ya trabajó en la misión de la ESA que colocó una sonda en la órbita de Venus, trabaja ahora en el diseño de los proyectos que planea la agencia para llegar a Mercurio, Marte y Júpiter. En su juventud fue piloto de caza de las fuerzas aéreas italianas, un trabajo en el que adquirió una capacidad que, comenta en Nature, le ha sido muy útil para dirigir Rosetta con éxito: ser capaz de tomar decisiones en segundos.
5. Koppillil Radhakrishnan: el tercer mundo llega a Marte
La mitad de los intentos para colocar una sonda en Marte han fracasado. La dificultad de completar el viaje hasta el último planeta rocoso del Sistema Solar ha llegado a introducir en la mitología del viaje espacial un monstruo marciano devorador de naves espaciales. Koppillil Radhakrishnan, director de la Organización de Investigación Espacial India (ISRO), conocía las probabilidades y su organización habló de la sonda Mangalyaan como una prueba de tecnología.
Sin embargo, cuando el 24 de septiembre lograron colocar el artefacto en la órbita de Marte, entraron en un exclusivo grupo en el que le esperaban Estados Unidos, la Unión Soviética y la Unión Europea. Ni siquiera China o Rusia han llegado tan lejos. Durante los próximos tres años, la India quiere lanzar su segunda misión lunar, continuando con un programa espacial que trata de alcanzar con humildad objetivos ambiciosos. Radhakrishnan, que también ha trabajado en el diseño de alerta frente a tsunamis o en otros satélites empleados en agricultura o control medioambiental, se retirará al final de este año.

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