La banca ética tiene como objetivos principales obtener beneficios para asegurar la continuidad de la entidad, conseguir un impacto social y ambiental positivo y hacer que la economía esté al servicio de las personas. La banca tradicional pretende obtener beneficios económicos, y aportaciones de valor para el accionista y tiene un alto rendimiento para los altos directivos.
La banca ética invierte en proyectos con valores compartidos con socios y clientes, la mayoría de las entidades animan y facilitan la participación de sus clientes, por el contrario, la banca tradicional invierten en proyectos que pueden no coincidir con valores de sus clientes, pero en proyectos económicos rentables que solo participan accionistas y depende del capital aportado.
La banca ética ofrece la información regular y pública de las actividades financiadas, en cambio, la banca tradicional no ofrece información habitual y de forma estable de los proyectos que ellos financian.
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